El jurado ha destacado «su brillantez para interpretar los retos de la sociedad tecnológica», así como su «capacidad extraordinaria para comunicar de forma precisa y directa nuevas ideas en las que se recogen tradiciones filosóficas de Oriente y Occidente».

Nos complace anunciar que el jurado del Premio Princesa de Asturias ha decidido distinguir, en la modalidad de Comunicación y Humanidades, a uno de los autores más destacados del catálogo de Herder: Byung-Chul Han, filósofo surcoreano en lengua alemana.
Nacido en Seúl en 1959, Byung-Chul Han se trasladó a Alemania para estudiar Filosofía, Literatura y Teología. En 1994 se doctoró por la Universidad de Múnich con una tesis sobre Martin Heidegger, y desde entonces ha impartido clase en la Universidad de Basilea, en la Escuela Superior de Diseño de Karlsruhe y en la Universidad de las Artes de Berlín.
Han representa un caso insólito en el panorama filosófico contemporáneo, ya que su popularidad ha alcanzado cotas del todo infrecuentes en filosofía. Sus obras han sido traducidas a más de cuarenta idiomas, y una revista como ArtReview llegó a señalarlo como una de las cien personalidades más influyentes en el mundo del arte.
Indudablemente, el hito de la popularidad de Han comienza con La sociedad del cansancio. Seleccionada por diversos medios coreanos como el mejor libro de 2012, La sociedad del cansancio es un auténtico best-seller: ya van más de dos millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, y la cifra continúa en aumento. Ello es así porque su tema es ahora, tal vez, más actual de lo que lo fue en su tiempo: el síndrome del burn-out. La lucidez de Byung Chul han consistió en ver, hace más de veinte años, que el burn-out no era un mero problema psicológico individual, sino el síndrome que retrata una sociedad obsesionada por el rendimiento, la mejora personal y la positividad. El capitalismo tardío ha inventado formas de dominación tan seductoras que no necesitamos a un patrón o a un amo que nos las imponga: lo hacemos, gozosamente, nosotros mismos. En palabras del filósofo surcoreano, «El ser humano depresivo es un animal laborans que se explota a sí mismo, y lo hace voluntariamente, sin restricciones externas».
Siempre caracterizadas por un estilo directo, claro y a la vez poético, con tendencia al aforismo memorable, tras La sociedad del cansancio Han ha publicado numerosas obras en las que ha ido diseccionando los males de las sociedades capitalistas contemporáneas. Así, ha reflexionado sobre la progresiva extinción de lo otro y la proliferación de lo igual (La expulsión de lo distinto), la pérdida de los rituales (La desaparición de los rituales) y de las narraciones que mantienen a una comunidad cohesionada (La crisis de la narración), la relación problemática del capitalismo con la muerte (Capitalismo y pulsión de muerte), la crisis del erotismo como apertura a la otredad (La agonía del Eros) o la paradójica desconexión de las sociedades hiperconectadas (En el enjambre).
En esta línea, su último libro publicado en español, El espíritu de la esperanza, supone un cambio en la trayectoria de su obra. Tras analizar con toda la lucidez de la que es capaz las enfermedades del neoliberalismo, Han se abre a la reflexión sobre la esperanza. A diferencia del optimismo, que «se tiene sin más como algo obvio», la esperanza hay que conquistarla, exige el dolor de un alumbramiento, nace de la desesperación.
De esta forma, el jurado del Premio Princesa de Asturias ha galardonado a un pensador cuya obra continúa en plena marcha y cuyas ideas, sin duda, seguirán alumbrando nuestro tiempo.