El mito de la caverna de Platón es uno de los mitos más conocidos del filósofo griego, incluido en el libro VII de la República, obra escrita hacia el año 380 a.C. A través de una alegoría Platón nos explica su teoría del mundo de las ideas. En Conversalitas os traemos el resumen de la historia del mito con su significado; además, os contamos de qué manera podemos aplicar el mito de la caverna a la sociedad contemporánea.
Mito de la caverna: historia
En el mito de la caverna Platón nos describe una situación ficticia en la que unos hombres han permanecido desde su niñez encerrados en una caverna, inmovilizados por cadenas, de manera que solo puedan mirar a la pared frente a ellos, sin ninguna posibilidad de movimiento. La única luz que ilumina la caverna es la de un fuego que se encuentra detrás de ellos, si bien un muro los separa. A lo largo de este, pasan otros hombres con unas figuras de madera o de piedra que representan a personas y animales. Dichos objetos aparecen por encima del muro, de modo que sus sombras se proyectan gracias a la luz del fuego en la pared frente a los prisioneros.
En dichas condiciones, la única realidad que conciben los hombres atrapados son las sombras de las figuras y el eco de las voces de los hombres tras el muro. Como el ser humano necesita nombrar a las cosas de su entorno para poder hablar de ellas, los prisioneros atribuyen unos nombres a esas sombras, convencidos de que son reales.
En el momento en que se liberasen las cadenas de un prisionero, este sufriría al mirar la luz del fuego, pues estaba acostumbrado a la oscuridad de su caverna. Conforme iría saliendo a la luz del sol, sus ojos se dañarían y los objetos que observaría les parecerían menos reales que las sombras que ha mirado toda su vida. Necesitaría un tiempo de adaptación para acostumbrarse al mundo verdadero, pero, finalmente, entendería que lo que le rodea ahora es la realidad y se sentiría feliz por haber descubierto la verdad.
Si volviese a la caverna y explicase lo que ha descubierto a sus ex compañeros de cautiverio para abrirles los ojos, no sería tomado en serio por ellos. Los prisioneros pensarían que ha perdido la cabeza al subir al exterior y no querrían por nada del mundo salir de su hogar. Hasta podrían matar a quien intentase desatarlos y llevarlos al exterior.
Mito de la caverna: significado
Platón nos narra este mito para explicar su teoría sobre el mundo de las ideas y el verdadero conocimiento. El interior de la caverna representa el mundo sensible, es decir, el entorno material en el que vivimos, donde percibimos y conocemos las cosas mediante nuestros sentidos. Por otro lado, el exterior en el que el prisionero se aventura simboliza el mundo inteligible, el de las ideas inmateriales y perfectas. Es aquí donde encontramos el verdadero conocimiento, al cual no podemos acceder con solo nuestros sentidos humanos.
Los prisioneros de la caverna son la imagen de nuestra condición, pues vivimos creyendo que lo que sabemos y conocemos es la verdad, cuando realmente son reflejos de las ideas puras que se encuentran en el mundo inteligible. El camino del prisionero desde la caverna hasta el exterior representa la ascensión del alma desde el mundo sensible, en el que está atrapado nuestro cuerpo, hacia el mundo de las ideas, donde se libera de sus ataduras y de su ignorancia para adquirir el verdadero conocimiento.
El fuego que da luz al interior de la caverna corresponde al conocimiento sensible, mientras que el entendimiento de las ideas está simbolizado por la luz del sol, que el ex prisionero consigue contemplar tras un periodo de adaptación. En concreto, el sol es la idea del bien, la más importante y elevada. Platón nos sugiere orientar nuestra alma hacia ella, seguirla en todas nuestras acciones, tanto en la esfera pública (la política) como en la privada (que corresponde a la ética). Como vemos, Platón concibe una ética sustentada en el bien absoluto, al contrario que la ética de la felicidad de Aristóteles, para quien las virtudes son cuestiones prácticas.
El mito de la caverna en la actualidad
Ahora que ya conocemos la historia y el significado del mito de la caverna de Platón, no resulta difícil aplicarlo al día a día en nuestra sociedad actual. Llevamos a nuestras espaldas muchas creencias que hemos interiorizado como la verdad absoluta, cuando en realidad son constructos sociales que se han transmitido de generación en generación a lo largo de los siglos. En el momento en el que alguien intenta difundir una idea revolucionaria, se percibe como extraña, incluso dañina para la sociedad por tambalear los pilares por los que se sustenta. Finalmente, las nuevas ideas son aceptadas por un grupo consistente, gracias al cual la sociedad consigue evolucionar.
Asimismo, podemos identificar las sombras que los prisioneros consideran reales con las apariencias de nuestra sociedad. En la actual era digital, la que Byung-Chul Han llama «sociedad de la transparencia», parece que tenemos a nuestro alcance toda la información que queremos, y nosotros mismos mostramos nuestras vidas «perfectas» en las redes sociales. Platón nos ayuda a entender que lo que se muestra en internet no es la verdad y nos permite reflexionar sobre lo que realmente importa: no las apariencias, sino el camino hacia el verdadero conocimiento a través del bien.
La alegoría de la caverna es una parábola muy interesante, muy acertada.