El hombre en busca de sentido

El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl habla de lo más humano de nuestro ser; la búsqueda del porqué de nuestra existencia, el significado de la palabra vida, el objetivo de cada uno de nosotros, los humanos.

Frankl, creador de la logoterapia (terapia que se centra en la búsqueda del significado de la existencia humana como sanación) o también llamada la tercera escuela vienesa de psicoterapia, tras el psicoanálisis de Freud y la psicología individual de Adler, relata cómo vivían los refugiados en Auschwitz de una manera descriptiva e informativa, más que desde sus emociones, las que intentó mantener al margen en estas páginas.

El canto a la esperanza que ha conmovido a generaciones nos alecciona sobre cómo a pesar de no poder librarnos de las adversidades, sí que tenemos el poder de decidir nuestra actitud frente a ellas; con el ejemplo de Frankl sobre cómo pudo superar y encontrar un significado de una vida digna de vivir aún habiendo perdido todo, aún viendo cómo toda vida que había construido se desmoronaba, aún sufriendo injustas brutalidades, hambre, miedo y agotamiento .

“Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio camino”.

La obra de Viktor Frankl

El hombre en busca de sentido
El hombre en busca de sentido

Su obra consta de dos partes, en la primera Frankl narra su experiencia en los campos de concentración y explica las fases por las que pasaron los reclusos desde su entrada al centro hasta su liberación. El doctor las divide en tres fases:

  1. La fase del internamiento en el campo, en los que los refugiados entraron despojados, en estado de “shock”, arrebatados de sus casas, ropas, familias e incluso de sus nombres para convertirse solamente en números.

“A partir de ese momento, borré de mi conciencia toda vida anterior. Lo único que poseíamos era nuestra existencia desnuda”

  1. En esta segunda fase, Frankl cuenta mediante historias y anécdotas la vida cotidiana de los prisioneros en el campo. En esta parte nos relata cómo la pérdida de la esperanza de un futuro, la apatía y la falta de una razón por la que vivir, contribuía a la muerte de los refugiados ya fuera por una debilidad del sistema inmunológico o por el suicidio. Para muchos de ellos, solo el recuerdo de sus seres queridos los mantenía con vida.

“La verdad de que el amor es la meta última y más alta a que puede aspirar el hombre. La salvación del hombre está en el amor y a través del amor. Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad —aunque sea sólo momentáneamente— si contempla al ser querido.”

  1. La tercera fase es en la que el doctor cuenta la vida después de la liberación, los cambios psicológicos que sufrieron los reclusos y cómo de diferente afectó el paso por los campos a cada uno de ellos. No todos corrieron la misma suerte de reencontrarse con sus familiares. Mientras que unos se inclinaron hacia un nuevo resignificado de su vida, otros, ahora sin nada a lo que temer, se convirtieron en personas violentas que no se sujetaban a ninguna norma.

“El hombre que durante años había pensado que había tocado el fondo del sufrimiento veía ahora que el sufrimiento no tenía límites, que todavía podía seguir sufriendo, y aún con más intensidad.”

En la segunda parte de la obra, Frankl expone los conceptos básicos de la logoterapia y concluye su tesis desde sus conocimientos de psiquiatría junto a la experiencia de su paso por los campos.

La vida de Viktor Frankl junto con esta obra constituyen toda una lección de vida. El hombre en busca de sentido es un libro sorprendentemente esperanzador y optimista sobre la capacidad humana de superar sus dificultades y sobrevivir a ellas. Según el doctor Frankl, que nombra en un par de ocasiones a Nietzsche con su frase de “Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo”, defiende que la libertad que nunca nos podrán arrebatar es nuestra decisión entre dos actitudes frente a las adversidades: el cumplimiento o la desesperación.

“¿Qué es en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es el ser que ha inventando las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme musitando una oración”

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